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"¿Qué país le vamos a dejar a nuestros jóvenes?": Hugo Gutiérrez Vega

Semanas después de la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, el poeta y periodista expresó a El FINANCIERO su enojo y consternación. Hoy, reproducimos sus palabras luego de que ayer se diera a conocer la noticia de su fallecimiento. 

Dos meses después de los sucesos de Ayotzinapa, el poeta Hugo Gutiérrez Vega –fallecido ayer a los 81 años– lanzó una pregunta inquietante e incómoda: "¿Qué país le vamos a dejar a nuestros jóvenes?". 

Entonces nadie sabía nada de los 43; reinaba incertidumbre y la congoja. La pregunta que este diario le hizo en aquel noviembre de 2014 fue directa: ¿Qué cambiará en México después de Iguala?

Gutiérrez Vega, lejos de ofrecer una tesis, se limitó a expresar su miedo por la nación que vislumbraba; una colmada de odio y resentimiento, pero sobre todo de tristeza. "Lo único que le vamos a entregar a nuestros jóvenes es un caos lleno de sangre y de maldad", aseguró. 

Hoy el mundo de las letras lamenta su partida. Y no sólo el de México. Porque Don Hugo –como le llamaban sus cercanos– fue un viajero infatigable. En cada país que visitó escribió algo: un libro, un verso, una línea. Amaba Grecia. Fue embajador en ese país de 1987 a 1994. Se sintió Homero en una Atenas en ruinas. Escribió, cantó, pero sobre todo tradujo. Y mucho. Fue él, quizás, uno de los más grandes traductores de poesía griega en América Latina. Los soles griegos, Cantos del despotado de Morea y Una estación en Amorgos. Tres ejemplos-libros-materializaciones de su amor por la Grecia clásica. 

Sí, es probable que Gutiérrez Vega se haya ido preocupado. Le angustiaba el neoliberalismo, la violencia, la corrupción. Hombre sensible y sagaz. Íntimo amigo de Rafael Alberti. Fiel lector de García Lorca. Amante del teatro. Y también periodista. Dirigió el suplemento cultural de La Jornada por más de 15 años. Esas páginas fueron su último hogar, su noble refugio 

Hugo Gutiérrez Vega ya no está aquí. Pero sí sus palabras. Esto fue lo que dijo sobre los 43. Sus respuestas laceran la consciencia mexicana a un año de aquellos fatídicos hechos en Guerrero: 

¿A qué le debe temer este país tras los hechos de Ayotzinapa?

"Lo que más me angustia es saber qué país le vamos a dejar a nuestros jóvenes. Espero que ellos sean más inteligentes que nosotros y puedan remediar las cosas. Por lo pronto, lo único que les vamos a entregar es un caos lleno de sangre y de maldad. Les estamos heredando lo que Shakespeare dijo sobre el mundo: un cuento narrado por un tonto, por un loco. Eso es lo grave, que esta realidad no sólo es cruel, sino tonta".

¿Qué connotación cultural tiene la tragedia de Iguala?

"Ayotzinapa es una prueba clara del proceso de degradación humana que está sufriendo el país. La crueldad, la violencia, la impunidad, la corrupción y la torpeza nos han ingresado a un proceso de involución antropológica. Para mí, el país es ahora una película de terror transmitida en un canal comercial a las 3 de la mañana. Es un verdadero espanto. Y el responsable fue Felipe Calderón. Él echó a rodar esta bola de nieve. Siempre habrá que recordarlo como el culpable de la historia".

¿Es posible escribir el dolor de los 43?

"Hoy nos enfrentamos a una realidad demasiado brutal como para poder estar frente a ella. Lo primero es bajar los ojos y llorar en silencio. Lo segundo es gritar... Eso me hace recordar el final de un poema sobre Guernica, el pueblo vasco que fue destruido por la Legión Cóndor de Hitler: Nada se puede hacer;/ el minuto ha pasado./ Sólo queda gritar,/ gritar hasta que el viento/ nos muestre una salida. Y es cierto, eso es lo único que nos queda: gritar, gritar en las manifestaciones, gritar de horror, de pavor, de crueldad. Quizás así podamos sanar".

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