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La resaca bolivariana de Barrera Tyska

Alberto Barrera Tyska recurre a la ficción para explicar las complicaciones que se viven en una Venezuela quebrada. Así lo retrata en su novela "Patria o muerte", un libro que, dice, pretende ser un acercamiento a la realidad venezolana.

Lo peor que le puede suceder a un país, culturalmente, es tener la idea de la riqueza fácil. Ese tipo de mentalidad es un caldo de cultivo para problemas aún mayores, como la corrupción o la crisis económica, dice en entrevista el escritor venezolano Alberto Barrera Tyska.

Tal fue la herencia de Hugo Chávez a los venezolanos: un gobierno melodramático, entregado a los sentimentalismos y a las palabras vacuas, que al final derivó, inevitablemente, en una sociedad que, sostiene el autor, cree en la prosperidad sin esfuerzo.

Explicar esta convulsa realidad sociopolítica no es sencillo ni siquiera para él, que se dedica a la literatura y al guionismo televisivo desde muy joven, por lo que, admite, en estos casos prefiere aplicar la máxima del recién fallecido Umberto Eco: "cuando no puedas explicar algo, cuéntalo". Eso fue lo que hizo en su más reciente novela Patria o Muerte (Tusquets), un libro que, comenta, pretende ser un acercamiento a la realidad venezolana a través de la ficción.

Desde la muerte del líder bolivariano el 5 de marzo de 2013, Venezuela aparece en las primeras planas de los diarios como ejemplo de la pobreza y la negligencia gubernamental. El país liderado por Nicolás Maduro vive una de las peores situaciones económicas de su historia: la inflación se ubica en 1,473 por ciento y la gente se pelea en los supermercados por un trozo de carne. Tal situación, apunta Barrera, tiene su origen en las ideas maniqueas y demagógicas del chavismo.

LA VIDA EN BREVE
Alberto Barrera Tyska
Nacimiento: 18 de febrero de 1960, Caracas, Venezuela
Obras: También el corazón es un descuido (2001), Hugo Chávez sin uniforme (2005), La enfermedad (2006), Crímenes (2009)
Premios: Herralde de Novela (2005), Tusquets de Novela (2015)
Telenovelas: Nada personal (1996), Mirada de Mujer (2003), Secretos de familia (2013).


"Hugo Chávez resucitó el espejismo de que éramos un país rico, sobre todo a raíz de la bonanza petrolera. Inculcó la idea de que la fortuna no había que producirla y que sólo bastaba con saber repartirla. El resultado es la catástrofe que estamos viviendo", considera el ganador del Premio Tusquets 2015 y autor de Hugo Chávez sin uniforme, una de las biografías más populares sobre El Comandante.

Otro de los problemas que el dictador que gobernó durante 14 años le heredó a los venezolanos, dice Barrera Tyska, fue un populismo tan extremo como en ningún otro país sudamericano.

"Chávez era un personaje muy invasivo e irritante. Podía hablar en cadena nacional durante horas. Polarizó a su pueblo a través de esta premisa: o me amas o me odias. La gente acabó por creerse que su presidente se metía en su intimidad. Dividió a las familias, incluso a las de los propios chavistas", afirma.

En Patria o muerte, Barrera Tyska cuenta la vida del oncólogo Miguel Sanabria, quien después de una década de apatía política, una noche se dio cuenta que "Venezuela era una mierda, un derrumbe que ni siquiera llegaba a ser país". ¿Hasta qué punto realmente puede afectar la inestabilidad política de una nación a un hombre? Ésa es una de las preguntas que pone el autor sobre la mesa.

"La ficción a veces funciona más que la historia para entender ciertas realidades complicadas. Es más fácil identificarse con los otros a través de la literatura porque se cuentan relaciones humanas. Mi obra, de hecho, no es una novela ideológica o editorial: sólo es una narración de vidas y familias", puntualiza el escritor, quien cree que todavía no se ha producido suficiente ficción sobre la Venezuela post chavista.

Barrera Tyska afirma que la enfermedad cultural más arraigada de Venezuela es el populismo, el sueño de un Estado que todo
lo provee.

"Chávez no hubiera existido sin la bonanza petrolera. Todas sus acciones, por muy irracionales que hayan sido, fueron subsidiadas por esta industria. Pero cuando el barril bajó de los 100 dólares, se acabó el socialismo del siglo XXI", asegura. Por ello considera fundamental retomar la lección de Venezuela: una sociedad populista está condenada al fracaso. Y más si se trata de un pueblo que depende enteramente de sus recursos energéticos.

"Cuando un país comienza a melodramatizar la política y a convertirla en un acto visceral y afectivo, los resultados pueden ser catastróficos", observa. "Venezuela ahora es un país quebrado. Ha sido un fracaso total pensar que los sentimientos y la polarización social pueden sacar adelante a una nación".

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