Música en Long Play, incipientes juegos electrónicos y la "caída del sistema" electoral son la parafernalia de los años 80 que da el entramado a El paraíso del camaleón, obra del dramaturgo mexicano Alberto Castillo que se estrena bajo la mirada escénica de Ignacio Escárcega.
La puesta en escena, que se presenta de jueves a domingo en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart), aborda los días de 1988, cuando aún se creía que con unas elecciones el país podría cambiar por completo, explica el director teatral.
"Es un espectáculo sobre el reencuentro con quienes fuimos en ese momento y cómo las relaciones amistosas y amorosas se van desquebrajando con el paso del tiempo al entrar en contacto con el universo de las ideas y las convicciones políticas", dice.
Se trata de una crónica de la nostalgia en la que se exploran los recuerdos de un hombre exitoso, a partir del conflicto con los amigos entrañables, abunda Escárcega.
En la escena, dos tiempos se alternan: el presente, en el que dos hombres maduros recrean sus épocas de juventud, y el del recuerdo. "Realizamos juegos escénicos con objetos que en esos años eran importantes y que en la actualidad han dejado de ser usados, como los cassettes, el walkman, los LP's de acetato y juegos como el Fabuloso Fred. Igualmente, en el fondo de la escena se oyen canciones de Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Luis Eduardo Aute y otros de la época", detalla Escárcega.
El trabajo escénico de esta propuesta partió de un taller de exploración en el que participaron los actores y Alberto Castillo, quien durante sesiones posteriores elaboró el texto que ahora en el montaje llega a su versión última.
La puesta se presenta hasta el 6 de marzo, como parte del tercer ciclo del Colectivo Escénico El Arce, que Escárcega dirige y que tiene como propósito sostener obras en repertorio para su circulación dentro y fuera del país, además de contar con un adecuado espacio para realizar proyectos de formación y perfeccionamiento de las artes escénicas.
En ese contexto se presenta también El juego de Yalta, de Brian Friel, que se reestrena en el Teatro del Centro Cultural Helénico.