"No soy un jazzman", afirma categóricamente el músico francés Erik Truffaz, quien desde 1994 es considerado uno de los militantes más icónicos del nu jazz. Pero a él no le gustan las etiquetas. Su música
–dice– es un huracán de sonidos y géneros; una mezcla de rock, electrónica, funk, jazz y hip-hop, siempre con el ingrediente especial de su instrumento favorito, la trompeta, gusto que heredó de tanto escuchar a Miles Davis.
En entrevista telefónica desde la ciudad de Lyon, Francia, Truffaz asegura estar emocionado porque el 11 de abril ofrecerá el concierto de apertura del primer Festival ArsFutura en el Teatro Ángela Peralta (Aristóteles s/n, Polanco), al lado del DJ tijuanense Murcof (Fernando Corona), ex integrante de Nortec Collective. Ambos brindarán un espectáculo audiovisual en el que interpretarán el álbum que realizaron juntos en 2014: Being Human Being, en colaboración con el dibujante Enki Bilal, originario de la antigua Yugoslavia.
Truffaz advierte que lo que verá el público será un show experimental. Mientras Murcof construirá un ambiente sonoro, él tocará la trompeta, y las ilustraciones de Bilal servirán de escenografía.
"Nuestra música es un poco oscura. En un principio, la compusimos para una película que hablaba sobre un proceso complejo: la creación del universo, la aparición del hombre, la vida caótica, el fin de la humanidad y, con ello, el devenir de una eterna tranquilidad", comenta.
El francés descubrió al mexicano mientras realizaba una de sus giras en Tecate, Baja California. "Es un compositor de una exquisitez única. Él construyó toda la parte electrónica y yo toqué la tuba, el piano y la trompeta", refiere Truffaz, quien también ha colaborado en proyectos de música clásica. Ígor Stravinski es su compositor favorito.
"El jazz y la música electrónica son opuestos. Sin embargo, como trompetista, los sonidos electrónicos me permiten explorar y experimentar más; algo que no podría hacer si me dedicara a tocar bebop", dice el galo, cuyo interés está enfocado en el mestizaje de ritmos de todo el planeta. A veces juega con el jazz, otras con la música del norte africano y unas menos con el rap. Lo importante –dice– es hacer música honesta, visceral.
"La clave está en la libertad. La música que está hecha con emoción se siente, se nota. Para componer me inspiro en todo y en nada. Cuando viajo, trato de que la cultura del país me penetre por completo. Sin embargo, lo más importante es el trabajo constante. Mi objetivo es crear melodías con semejanzas y contrastes, justo como sucede con la historia de la civilización. Yo no creo que exista la música pura y auténtica. Es complicado hacer algo nuevo en estos tiempos", asegura.
Dedicado a la vanguardia de la fusión musical, ArsFutura también contará con la participación de Todd Clouser y John Medeski, en el segundo set, y cerrará con el violonchelista Jeffrey Zeigler, ex integrante del Kronos Quartet.