La creatividad artística y relojera de La Grande Maison presenta la nueva pieza de la colección emblemática femenina de Jaeger-LeCoultre, fruto de 10 años de desarrollo, con la pieza Rendez-Vous Ivy Minute Repeater, el cual logra la unión perfecta entre la estética y la excelencia técnica con lo que sella su pertenencia a la alta relojería mundial.
Dentro de su caja de 39 mm en oro blanco de 18 quilates, se aprecia la decoración guilloché sol, en cuyo fondo se reprodujo el color azul del cielo nocturno del Valle de Joux, Suiza, iluminado por la claridad de la luna. Todo ello resguardado por cristal de zafiro, mientras que las agujas de las horas y los minutos son de tipo floral.
Alrededor de esta delicada obra de ingeniería que cuenta con 28 mil 800 alternancias por hora y 43 horas de reserva en su marcha, se han montado 548 diamantes que suman 2.3 quilates. Su pulsera es de satén y hebilla desplegable.
En lo que a su manufactura se refiere, su meta es obtener la melodía más regular, fiabilidad, precisión absoluta y el sonido más puro y cristalino, razón por la cual el reloj Rendez-Vous Ivy Minute Repeater dispone, a su vez, de dos martillos de tropiezo que merecieron el registro de una patente. Éstos golpean, más fuerte y una sola vez, los dos timbres Crystal, que están vinculados con el cristal de zafiro y producen un efecto de altavoz.
También está equipado con un regulador silencioso que disminuye toda perturbación sonora periférica del mecanismo, lo que permite que sólo se oiga el sonido de la repetición de minutos.
Para recuperar más espacio con respecto al grosor del reloj y conservar al mismo tiempo una estética de gran pureza, el Rendez-Vous Ivy Minute Repeater se activa mediante un monopulsante en vez de con el tradicional sistema de gatillo.