En traje negro y tenis Nike, Enrique Vila-Matas dice que ya no dará más entrevistas porque se siente abrumado. Y no es para menos. Desde el sábado no ha dejado de ofrecer conferencias, firmar libros y atender a los medios. Es la estrella de la FIL Guadalajara 2015. No hay lugar donde no lo busquen los periodistas. Incluso en el Hotel Hilton, donde se encuentra hospedado, le piden conversar unos minutos.
"Hace poco me entrevistó un periodista para la televisión y, como no conocía nada sobre mi obra, comenzó a preguntar disparates. Sólo le faltó preguntarme si me duchaba o no", comenta el autor español con ese tono sarcástico tan suyo, durante el homenaje que le rindió la FIL Guadalajara al escritor Italo Calvino, por los 30 años de su muerte.
Las ojeras oscurecen el rostro de Vila-Matas. No duerme mucho, según cuenta él mismo en Kassel no invita a la lógica (Seix Barral). Pero de cualquier manera sí se le nota cansado, muy cansado. Apenas habló 10 minutos sobre el autor de El barón rampante, sobre quien contó maravillas.
"Calvino nos recuerda que la construcción del orden es necesaria para la creación literaria. Debió haber sido discípulo de Borges", dijo ante una Sala José Luis Martínez completamente llena, pese a que a escasos metros de ahí se celebraba el Homenaje a Julio Scherer con los reflectores sobre Carmen Aristegui.
Vila-Matas, quien el domingo recibió el premio FIL de Literatura en Lenguas Romances -antes Juan Rulfo- sostiene que Calvino es una piedra angular de la literatura. Pocos como él, dice, tienen la capacidad de expresar tantas realidades. El primer libro que leyó del italiano fue El caballero inexistente. Desde ese momento quedó prensado a la narrativa de este narrador, al que define como "un prosista inmaculado con temperamento de poeta".
El mexicano Gonzalo Celorio también estuvo presente en el homenaje organizado por la editorial Siruela. Es un asiduo lector de Calvino. No se cansa de hurgar en la narrativa de este pensador que se asumía como un mal escritor.
"Calvino decía que no era un escritor de textos largos. Aseguraba que no tenía facilidad para la escritura y que era en realidad un poeta que no se había dado como tal. Creía que el trabajo de un escritor es forzar la lengua y hacerla decir aquello que nunca ha dicho", compartió Celorio.
Fue así como concluía el cuarto día del encuentro literario más importante del libro en español, con un discreto homenaje a Calvino, opacado por la presencia de Carmen Aristegui y cientos de personas que aglomeraban la sala donde iba a presentarse. Vila-Matas aprovechó para salir sigiloso de esta feria invadida por el frenesí de encontrar la mejor oferta. O mejor aún: la fortuna muy probable de encontrar al autor favorito.charla. Por la mañana, ayer, el escritor español sostuvo una plática con jóvenes en la Expo Guadalajara, sede de la feria.