La intención del gobierno de Veracruz para que el son jarocho sea declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO tiene un trasfondo lucrativo en el que los principales beneficiarios serían dos: el sector gubernamental y el sector turismo, aseguró Rubí Oseguera Rueda, quien es promotora cultural independiente del son jarocho desde hace 20 años y directora de la Compañía La Techa, que este viernes presentará en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris "Al Sol y al Sereno", un espectáculo en el que se revivirá esta tradición propia de los pueblos del sotavento veracruzano, con "gente que nunca ha salido de sus comunidades y hoy hallan un espacio digno para presentar su cultura".
En marzo de 2010, el gobierno de Veracruz, encabezado por el gobernador priista Fidel Herrera, promovió ante la UNESCO que el son jarocho fuera integrado a la lista de Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad junto con el Ritual de los Hombres Pájaro. Desde ese año, artistas y promotores del son han debatido sobre el tema en diversos encuentros.
"¿Cómo es posible que quieran nombrar al son jarocho como patrimonio de la humanidad cuando está olvidado como género?", cuestionó Oseguera, quien además sostuvo que las autoridades "no han diseñado un instrumento de preservación hacia ninguna de las manifestaciones culturales del país".
"El son ha llegado a un nivel muy importante. Lo que se necesita no son nombramientos. Necesitamos que se construyan programas de empleo que apoyen a las comunidades donde se desarrolla la tradición, principalmente en la zona sur de Veracruz". Aunque dijo que el son sigue vivo gracias a la gente del campo, lamentó que en regiones como Los Tuxtlas los jóvenes ya no tengan "ese arraigo con la tierra, el ciclo agrícola ni con su comunidad". La también antropóloga afirmó que el son jarocho es "un modo de vida" y "un proceso de transformación" cuya principal característica es la diversidad.
"El son hace que no te avergüences de que en tu comunidad haya alguien más moreno o alguien hable una lengua indígena. El fandango (la fiesta del son jarocho) es, sobre todo, un espacio de aprendizaje y tolerancia". Por ello, señaló la importancia de conservar esta tradición cuyos orígenes se remontan a la Conquista, cuando los españoles trajeron a México ritmos moros y africanos, los cuales se fusionaron con la cultura indígena.
¿Cómo puede aprovechar específicamente el sector turismo este nombramiento de la UNESCO?
"Como siempre lo han hecho las grandes corporaciones: vengan a ver un grupo folclórico y explotemos la imagen del son jarocho como un espectáculo. Pero como sucede en todo el turismo, la derrama económica no llega a donde debe de llegar: a las comunidades. Todo está arreglado mañosamente".
¿Cuál es tu posición acerca de este nombramiento?
"No nos molesta el nombramiento como tal, sino su trasfondo político. Si nombran al son jarocho no nos opondremos, sólo pondremos reglas y pediremos que se incluya a las comunidades".
¿A ti como promotora del son jarocho te afectaría esta denominación?
"No, porque nosotros los promotores independientes ya hemos desarrollado nuestros propios anticuerpos. Nuestro trabajo se ha centrado en la sensibilización y la formación, no sólo en los shows, y creo que eso es parte de lo que vamos a presentar en Al Sol y al Sereno, un espectáculo que deriva de todo un proceso de 15 años que viene desde adentro de las comunidades, donde participan muchas generaciones".
¿Por qué crees que el gobierno le cierre las puertas a la cultura popular, particularmente al son jarocho?
"Por ignorancia. Se sigue teniendo esa idea de que la música con origen campesino huele mal. Cuando nos dejen de ver como pobrecitos campesinos, la situación va a cambiar. Si vamos a presentar Al Sol y al Sereno en el Teatro de la Ciudad no es por apoyo institucional, sino por una convocatoria en la que participaron 600 proyectos y al final nosotros fuimos seleccionados.
En Veracruz no hemos podido presentar Al Sol y al Sereno. Nos hemos presentado en San Luis Potosí, en Guanajuato, en la Ciudad de México (por tercera ocasión). Sin embargo, en nuestra propia tierra, nuestra gente no es valorada por las autoridades".
¿Desde cuándo has dialogado con el gobierno de Veracruz para promover tu trabajo?
"Yo soy promotora cultural desde hace 20 años, pero siempre desde afuera. Recibimos apoyo porque participamos en convocatorias. La verdad es que todos los gobiernos han tenidos los ojos y los oídos cerrados. Ahora el gobierno toma las decisiones de nombramientos de la UNESCO sin consultar a las comunidades, quienes en realidad son las que han mantenido viva esta tradición".
¿Dónde?: Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Donceles 36, colonia Centro.
Costo: 122 pesos. Entrada general. 50% de descuento a estudiantes, maestros, militares e INAPAM.