Todavía se celebraba el deshielo en Cuba cuando el joven director Yimit Ramírez inició una producción nada convencional, bajo el título Quiero hacer una película (QHUP), un proyecto que busca financiamiento en línea vía crowdfunding, algo nunca antes visto en la industria cinematográfica de la isla.
Esta iniciativa surgió en el contexto de un nuevo panorama político y social, tras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos que hace casi dos años impulsó Barack Obama. Lo que sucederá entre ambos países ante el triunfo de Donald Trump es un enigma, pero esta cinta quedará como testimonio de un hito.
"La Habana es una ciudad en tránsito; no sé hacia dónde -cuando se habla de una transición siempre se asocia con un cambio de modelo o un cambio de sistema, y yo no estaría muy segura de eso-, pero de todas maneras esa Habana en tránsito, que se mueve por primera vez en muchos años, con medidas económicas y con una apertura inédita, estará en la película", dice en entrevista la productora Marta María Ramírez.
La trama, centrada en el voyerismo (un joven se esconde con una cámara debajo de la cama de una chica para grabarla), se irá construyendo conforme avance el rodaje, cuyo fondeo se realiza a través de Verkami, una plataforma online internacional. "Es la única que nos permite explorar el crowdfunding, por el embargo financiero y económico", explica.
El equipo de QHUP se hace llamar Coístas, un movimiento de cineastas cuya su filosofía se basa en la independencia. "Hasta ahora tenemos 40 por ciento del largometraje realizado. Hemos contado con el apoyo de grandes amigos. Otros, de manera anónima o inconsciente, como míster Obama en su reciente visita a Cuba, se han sumado a nuestra película", explican en su página de Facebook. El viaje del presidente estadounidense formará parte de la cinta.
Este tipo de financiamiento resulta particularmente importante en la isla, cuyo instituto de cine produce dos películas al año y no ofrece apoyo a otras producciones. "Ha habido más experiencias a partir de la democratización de la tecnología digital, que ha puesto en las manos de más gente una cámara fotográfica, pero no existe un movimiento de cine independiente cubano", admite Ramírez.
Si la fórmula funciona, en 2017 se realizarán dos largometrajes de ficción gracias al crowdfunding: Quiero hacer una película, y Agosto, de Armando Capó.
Las nuevas relaciones con Estados Unidos propiciaron este tipo de iniciativas por el acceso a las redes sociales -prácticamente inexistentes hasta hace dos años-, que están renovando el discurso cinematográfico en Cuba.
Parte del manifiesto de Coístas tiene que ver con filmar historias contemporáneas, con lenguajes actuales, concluye la productora. "Espero que el crowfunding resulte, para demostrar que hay otras maneras, otros discursos, otras Cubas que es importante que sean vistas. Hemos sido un país muy estereotipado desde el imaginario cinematográfico, la literatura y otras artes".
DÓNDE APOYAR
En www.verkami.com/locale/ es/projects/15973-quiero-hacer-una-pelicula está disponible la información del proyecto y recompensas para la recaudación de Quiero hacer una película.