Los partidos políticos se están comprometiendo como nunca con la ciudadanía a raíz del conocido Plan B. Esta reforma a legislaciones secundarias cuyo objetivo es el debilitamiento del Instituto Nacional Electoral (INE) ha despertado la solidaridad hacia esta institución.
En un primer momento la sociedad civil organizada logró convocar a miles de personas en todo el país el 13/11 bajo la consigna #YoDefiendoAlINE en franca oposición a la reforma constitucional que se planteaba. Esto despertó el interés de las élites partidistas de oposición y fue contundente la determinación de las y los legisladores para que votaran en contra esa reforma.
Pero mantenían reservas, las candidaturas en alianza –elecciones en Coahuila y Estado de México– ni fueron ciudadanas ni fueron avaladas por la sociedad civil. La jugaron a medias los partidos, aun así el logro ciudadano fueron las coaliciones para que al menos numéricamente la oposición tuviera un peso competitivo en el número de votos.
La defensa del INE reunió a más personas y en más ciudades el 26/02 bajo la consigna #YoDefiendoMiVoto. Ahora el mensaje fue la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), expresar el sentir nacional en contra de la manipulación a la estructura del INE que plantea el Plan B. La presión a los grupos parlamentarios no era suficiente porque el número de votos necesarios, la mayoría requerida (50+1), la alcanzaba MORENA y sus aliados, el PT y el PVEM.
Así, la ciudadanía estratégicamente organizada, logra posicionarse nuevamente en el debate público con un objetivo claro y a favor de una institución sólida, de las pocas que tiene México. Los partidos políticos ya no están viendo a esta Ola Rosa como algo o circunstancial, la atención al mensaje ciudadano se ha traducido en mensajes más arriesgados rescatando las expresiones ciudadanas de ambos eventos inéditos.
Entre el mundo de controversias constitucionales, juicios para la protección de los derechos político-electorales de la ciudadanía, juicios electorales y amicus curiae que se están presentando, la restitución del secretario ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo Molina, es una de las primeras respuestas que da el Poder Judicial y es a favor de la solidez institucional del INE.
Los debates en el seno del INE han sido excelsos, primero para designar un suplente -cuando sale Molina por efectos inmediatos del Plan B- y el lunes pasado cuando se le restituye en el puesto. La cereza del pastel son las intervenciones de los partidos políticos de oposición, se están comprometiendo como nunca con el INE, sus determinaciones y abiertamente en apoyo a los reclamos que la ciudadanía ha expresado.
Los partidos políticos antes y después del Plan B son las instituciones po fortalecer en el sistema electoral mexicano, no se les trata con el rigor que significa ser entes de interés público ni se les exigen resultados en tanto democratización del país, formación de ciudadanía, estructuración institucional y congruencia a su ideología.
Una vez que la Ola Rosa salve al INE, les tocará a ellos responder a la exigencia que la ciudadanía les tiene reservada. En la primera etapa, la validación ciudadana de candidaturas para el 2024.
Y para muestra, la marcha por venir el 26 de marzo para exigir al gobierno de Nuevo León un aire limpio y para apurarnos un poco, el olor a amoníaco que invadió a la ciudad y su relación con las emanaciones de la refinería en Cadereyta.